Victoria: una historia de amor que se calza desde 1915
Todo empezó hace más de un siglo, en un pequeño pueblo de La Rioja, cuando Gregorio decidió ponerle el nombre de su mujer, Victoria, a unas zapatillas que hoy han llegado a más de 50 países. Lo que nació como un gesto romántico se ha convertido en una marca con alma, que mezcla historia, diseño y un compromiso real con la sostenibilidad.
Desde siempre fabricamos nuestras zapatillas a mano, una a una, y muchas siguen haciéndose en La Rioja, como en 1915. Apostamos por materiales responsables, procesos artesanales y mejoras constantes para cuidar del planeta sin renunciar al estilo. Porque para nosotros la ecología no es una moda, es nuestra forma de hacer las cosas.
Seguramente ya conoces el olor tan característico de nuestras zapas. No es casualidad: durante la posguerra, cuando el caucho escaseaba, empezamos a reutilizar neumáticos y, para suavizar su olor fuerte, añadimos un perfume con aroma a fresa. Lo que empezó como una solución creativa se convirtió en una seña de identidad que nos acompaña hasta hoy.
¿Y esa “V” tan mítica? La llevamos con orgullo desde 1977. Es mucho más que un logo: es un símbolo que representa una forma de hacer las cosas con cariño, calidad y personalidad.
Ahora, Victoria da un paso más con su colección barefoot. Un nuevo concepto de calzado respetuoso que une salud y estilo, diseñado junto a médicos, fisioterapeutas y expertos en desarrollo infantil. La línea Bosco Barefoot, fabricada en España con materiales top, está pensada para cuidar cada paso de los más peques. Y como no podía ser de otra forma, también hemos ampliado tallas hasta la 35 y lanzado modelos barefoot para adultos.
Victoria es historia, es presente y también es futuro. Y tú, ¿te vienes a caminar con nosotros?
